Muchos son los que comentan y ponen en tela de juicio las actuaciones de la compañía irlandesa Ryanair. Principalmente por aplicar un modelo de negocio, donde las aportaciones de las administraciones públicas relativas a sus destinos sustentan dichas rutas. Si los entes públicos dan dinero se vuela y si no, pues se cierra la ruta de turno. Así es como funciona el modelo de Ryanair, y por ello suscita quejas de la competencia y de diversos estamentos. Otras aerolíneas actúan de forma parecida, entre ellas Vueling, como se comenta y documenta en el blog de Air Observer.
Si lo miramos desde otra perspectiva podremos observar como algunos aeropuertos o destinos sufren para llenar de viajeros sus instalaciones y así justificar la inversión realizada. Es la otra cara de la moneda. La justificación la buscan en primer lugar los políticos, y la administración pública, que cerrando el círculo, da subsidios a las aerolíneas para atraer vuelos a aeropuertos de dudosa necesidad o viabilidad empresarial. Parece que cada región, o ciudad tiene que tener su aeropuerto, pero en realidad este modelo es difícil de sostener y recae en los contribuyentes.
Subsidios, ayudas, rebajas y mercadeo de tasas aeroportuarias, inversiones de administraciones públicas en aerolíneas, etc... Todas estas actuaciones distorsionan el mercado de la aviación comercial.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
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